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Manuel García Ferreira Paisajista - Landscaper
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Madinat Al-Zahra la imagen historica
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Madinat Al-Zahra la imagen historica

Madinat Al-Zahra la imagen historica

Desde luego, Abderramán-III no podría haber elegido mejor ubicación para la construcción de su  ciudad palatina. Mas alto aún y dominando la ciudad de Abd Al- Rahman, se encuentra el monasterio de  San Jerónimo comenzado a edificar en el 1408, actualmente es de propiedad privada, por lo tanto no se puede visitar; en este monasterio vivió en el siglo XVI el monje humanista Ambrosio de Morales, que fue el primero que describe las ruinas de la ciudad palatina de forma acertada.

Sobre el año 940, el  primer califa de al-Andalus Abd al-Rahman al-Nasir, ( Abd al-Rahman III), Comienza la construcción de Madinat al-Zahra, situada a 5 kilómetros al norte de Córdoba. Como era habitual en el mundo islámico de oriente, se vinculaba el poder del califa, a la construcción de una gran ciudad palatina cerca de la capital; las crónicas cuentan que las obras duraron 40 años 25 corresponden al reinado de Abd al-Rahman-III del 936 al 961 y 15 a su hijo al-Hakam II que continuó la construcción hasta el año 976  aunque desde el primer momento fue a su hijo ha-Hakan II al que Abd al-Rahman III confió personalmente la responsabilidad y todos los detalles de la construcción de la ciudad, el arquitecto responsable de todas las obras fue Maslama b. Abd Allah, con posterioridad a estos dos califas, en la ciudad no se hizo prácticamente ninguna construcción mas, es por ello que se puede pensar que aunque consta que fue en el reinado de Abderramán –III cuando se construye la mayor parte de la ciudad, el verdadero artífice y creador desde los primeros cimientos hasta el final fue su hijo Al-Hakan II; desde el fallecimiento de al-Hakan-II en el 976 Madinat al-Zahra comienza un gran declive y va apagándose rápidamente la ciudad de la luz, la ciudad palatina de los califas Omeyas de al-Andalus, duró poco en el tiempo, ya que en el año 1.010, el general de los bereberes Sulaimán al-Mustaín la destruye totalmente. A partir de su destrucción, la ciudad es desvalijada para utilizar sus ruinas en la construcción de otros edificios que se repartirían por todo al-Andalus, aquello se convierte en una cantera. Hasta el 1910  estuvo abandonada, en este mismo año el arquitecto Ricardo Velázquez Bosco realiza la primera excavación, a partir de ahí, se han sucedido las intervenciones, que además de buscar su estudio, ha tenido también como finalidad su reconstrucción y rehabilitación.

Madinat al-Zahra, está lejos de ser nombre de mujer, ya que traducido del árabe significaría la ciudad brillante, desde su ubicación se domina además de la capital, una basta extensión de territorios de la fértil vega de Córdoba. Su superficie es de 1.515 mtr. por 745 mtr. intramuros tiene una extensión de 112 Ha, formando todo el conjunto un rectángulo perfecto, como se puede apreciar en la fotografía aérea.

Esta ciudad palatina, constituye en sí un monumento al esplendor de los califas Cordobeses. Anterior a esta ya existía la hacienda de al-Rusafa, como predecesora y modelo aunque a menor escala, construida a tres kilómetros al norte de Córdoba por Abderramán I, tenia grandes jardines, donde se aclimataban plantas traídas de todas partes del mundo, tanto plantas de jardín como árboles frutales y plantas para la agricultura. ello demuestra el interés que tuvo el primer Omeya cordobés por los jardines y las plantas, cosa que le vendría por tradición y al haberse criado en Damasco entre palacios y grandes jardines, sería lo mas lógico que al instalarse en Córdoba creara su propio jardín, cosa que creó las bases en los siglos venideros para la construcción de jardines en al-Andalus. Durante el breve tiempo de vida de Madinat al-Zahra, esta se convierte en el centro de poder de los Omeyas, fastuoso escenario, para la recepción de embajadores de todas las partes del mundo, esto implicaba, la rápida difusión internacional del esplendor de los Omeyas de Córdoba y su emblemática ciudad.

 Como he dicho anteriormente, tras la muerte de Al-hakan II en el 976,  comienza el declive de la ciudad, su sucesor Hisam II, fue solo un títere en las manos de su primer ministro Almanzor, que se hizo paulatinamente con el poder político y militar, y creó una nueva ciudad al este de Córdoba, que se llamó Madinat al-Zahira, instalándose junto con la corte  y la administración en ella. Las luchas internas que terminaron con la destrucción del califato Omeya entre el 1.010 al 1.013 dio lugar a la destrucción de Madinat al-Zahra, sobre todo por los bereberes acaudillados por Sulayman al-Mustain.

con la conquista de Córdoba por Fernando III en 1236, Madinat al-Zahra se convierte en una verdadera cantera, hasta su nombre se había perdido, denominándola los castellanos desde entonces y hasta hace muy poco, las ruinas del castillo de Córdoba la vieja, podemos imaginar lo que quedaba de la ciudad así llamada por los castellanos, que en su día por méritos propios, se llamó la ciudad brillante, la ciudad de la luz. El cronista de Felipe II llegó ha escribir sobre los restos, como si se tratasen de los de la Córdoba romana fundada por Claudio Marcelo a mediados del siglo II a.c.

Ricardo Velázquez Bosco, fue al arquitecto al que se le confió la excavación de Madinat al-Zahra en el año 1911 hasta su muerte en el 1923, este ya era arquitecto conservador de la mezquita, y otros emplazamientos Omeyas de la ciudad de Córdoba; a él le debemos la dedicación y el  amor  con que realizó todos los trabajos arqueológicos y también de recuperación, de estos restos de la historia de al-Andalus y el califato Omeya Códobés, todo ello fue realizado claro está, dentro de las posibilidades que marcaban las normas y medios materiales y científicos de la época. Era el principal interés del arquitecto Ricardo Velázquez, el estudio y la recuperación del arte califal cordobés, el mismo se expresaba así “…. Aunque ésta (la mezquita) llene por sí sola toda una época, no basta para conocer el arte del califato; tal conocimiento nada podría completarlo como el hacer excavaciones en el sitio que se suponía, con bastantes probabilidades, que habían estado el palacio y la ciudad de Medina Azzahra……… construcciones que por ser de época conocida y de la más brillante del califato, habían de ser de gran enseñanza”. Hay que añadir a las dificultades propias de las excavaciones arqueológicas, el problema añadido de las dificultades en conseguir los permisos por parte de los propietarios de los terrenos, ya que estos eran de propiedad privada; el estado español, lo declara Monumento Histórico-Artístico Nacional mediante Real orden de 12 de Julio de 1923, no es hasta el año 1926 en el que el estado compró las primeras 8Ha. Acogiéndose a la ley de excavaciones y antigüedades de 1911; una anécdota más, la gran ciudad palatina de los Omeyas, Madinat al-Zahra, tuvo que ser adquirida a particulares para su recuperación y estudio en beneficio de toda la humanidad. Desde estas fechas diferentes arquitectos e instituciones públicas y privadas trabajan y aportan dinero para la reconstrucción.

La ciudad palatina de Madinat al-Zahra, situada en las faldas de sierra Morena, estuvo defendida por una doble muralla, la ciudad está construida sobre tres terrazas, siguiendo la topografía marcada por el terreno original; las dos terrazas superiores estaban ocupadas por las residencias regias y la corte, y la inferior por la mezquita aljama y la ciudad en sí, esta zona apenas está excavada en la actualidad. A la ciudad la abastecía, un gran acueducto para la conducción  de agua que venía de la sierra, a este se le llama acueducto de valdepuentes, de época romana, era uno de los que abastecía a la Córdoba romana y fue aprovechado para el suministro a Madinat al-Zahra.

El material básico de construcción es el típico de la época, con sillería de piedra caliza colocada a cuerda y tizón; esto consiste en sillares de piedra de unos 0,90cm por 0,40cm, dispuestos en hiladas horizontales, alternando una pieza longitudinal –soga- con una o dos transversales –tizón- del grueso del muro; todas las piezas van unidas con una mezcla muy fina de arena y cal, que actuaba como el mortero de arena y cemento en nuestros días. Los revestimientos con mortero de cal o yeso y arena, en los zócalos se pintaban al fresco con un característico color almagra, que aún son visibles en los restos.

Terraza superior.

En la zona mas alta se encontraba el alcázar, que dominaba toda la ciudad y un basto territorio hasta la misma capital de Córdoba, en esta zona estaban las residencias del califa.

En su zona oriental estaban los edificios públicos del palacio, la zona occidental era la residencia de la familia real. En la zona pública, se cree que estaba la vivienda de Chafar, primer ministro de al-Hakam II, consta de tres zonas, una pública, otra privada y otra precedida por un patio con pila central tras el cual se encuentra la zona de servicio.

En la zona occidental, la residencia regia, está formada por una pequeña construcción, que seguramente sería donde se alojara el heredero, la esposa del califa o algún miembro importante de la familia, en esta zona se encuentra el jardín del príncipe, de planta rectangular, con corredores en sus zonas oriental y occidental, una acequia conforma un eje longitudinal con parterres simétricos a ambos lados. Junto a esta se hallaba la residencia del Califa, con un gran salón de recepciones, delante un gran pórtico con cinco arcos de herradura que dan a un gran patio cuadrangular, actualmente ajardinado, pero se cree que en su origen nunca lo estuvo.

Terraza intermedia.

En la terraza intermedia, se halla la zona pública, zona monumental del palacio de Abd A-Rahman III y su jardín alto. El conjunto formado por el salón de recepciones, llamado en la actualidad salón rico, el pabellón central en el eje de la arquería del palacio y entre este y la gran alberca central y los jardines diseñados de forma simétrica a este eje axial, constituyen sin duda alguna el espacio mas rico y que mejor define la simbología de toda Madinat al- Zahra. Según señala F. Hernández “ ninguno de los elementos que integran este espacio, aporta en sí mismos novedades capitales en el desarrollo de la arquitectura islámica; es la extraordinaria conjunción de todas las partes, lo que dota  a esta terraza de una importancia excepcional, ejerciendo un poder de atracción muy singular en monumentos posteriores”. Efectivamente, esto crea un precedente, un modelo a seguir, una referencia obligada en la arquitectura y la jardinería de al-Andalus para todas las construcciones islámicas  posteriores; no obstante tanto las construcciones como la jardinería siguen los diseños persas, simetría y orden, láminas de agua, eje axial de simetría en todos sus jardines. Los maravillosos arcos de herradura serán una novedad en el diseño de la nueva arquitectura de Al-ANDALUS , también un refinamiento general en todos los elementos arquitectónicos que componían el conjunto.

Jardín alto del salón de Abd Al-Rahmán III. 

Quizás al amante del jardín, a esta altura, ya esté cansado con toda la historia y la arquitectura de Madinat al-Zarhra, pero el jardín es un componente  indispensable de la arquitectura,  uno complementa a otro, formando ambos una sola cosa o unidad, tan necesario es el jardín para la arquitectura a la que acompaña, como la arquitectura para realzar y dar sentido a ese  jardín. Igualmente la historia de los lugares, nos hacen viajar hasta el pasado transportando también nuestra imaginación y situándonos en aquella época de nuestra historia.

Vemos como el gran jardín de Abd Al- Rahman III, no nos aporta ninguna innovación de relevancia, siguen las mismas normas del jardín persa de Ciro el grande y el de los jardines Egipcios del templo de Hatshepsut, todos ellos aglutinados en los jardines bizantinos de Damasco y medio Oriente. Los jardines abiertos de Abd Al-Rahman III consolidan a sus predecesores persas, y crean una norma y un ejemplo a seguir en Al-Andalus y posteriormente en todo occidente, son jardines ordenados y construidos mediante un eje axial de simetría, en este eje el elemento fundamental de la composición es el agua en forma de lámina. 

Tanto el salón rico de Abd Al-RahmanIII como sus jardines, fueron construidos entre los años 953 al 956; la gran alberca cuadrada ocupa todo el ancho de la arquería de la fachada del palacio, creando un eje axial con un pabellón que se encuentra al otro lado de la alberca, tras este pabellón otra alberca más pequeña, y otras dos de la misma medida una a cada lado del pabellón, todo el conjunto crea un eje de simetría, el elemento fundamental de la composición las láminas de agua que también funcionan como espejos naturales multiplicando la arquitectura y la vegetación, los jardines se crean a ambos lados de forma simétrica, formando cuarteles de siembra y entre ellos andenes para moverse o pasear y contemplar el jardín desde todos los ángulos. Desde el interior del salón rico, un gran espectáculo en la contemplación de esta composición, cuarteles muy ordenados y recortados de mirto, el pabellón al otro lado de la gran lámina de agua y tras este los jardines que se perdían en el paisaje de la campiña cordobesa, y Córdoba como telón de fondo.

En la visita a Madinat al-Zahra, se pueden ver restos originales de pilares, y testeros en roca tallada originales ocumulados por los jardines, aquello es tan grande y hay tantos restos, que no hay lugar para guardarlo, se va reconstruyendo y a la vez se cogen del suelo los materiales constructivos originales para colocarlos donde estuvieron en un principio, esto es una obra de análisis y reconstrucción realmente faraónica; que yo dudo verla finalizada, pero seguro que la contemplarán las futuras generaciones; aunque también es una verdadera experiencia el poder contemplar todo esto en el estado actual, desde aquí animo a todos a que visitéis Madinat al-Zahra, no os va a defraudar.

Por supuesto que toda esta maravilla la encontramos bajo tierra, las plantas actuales tienen poco tiempo de vida, seguramente el reparto de cuarteles y andenes no era el que hay actualmente, pero eso nunca lo sabremos, tampoco tiene demasiada importancia, porque el trazado verdadero y el espíritu de este jardín, si es el que vemos hoy. Se a podido reconstruir este fabuloso jardín, gracias a sus cimientos, en sus cimientos ya se encontraba su eje axial, la base y la esencia de este jardín, bajo tierra se encontraba el gran aljibe cuadrado, junto con los restos del pabellón central y los tres aljibes mas pequeños que rodeaban al pabellón, a partir de ahí, el jardín debe seguir un eje de simetría y se repetirá un mismo elemento tanto a un lado de ese eje como al otro lado, esto no ha cambiado en el tiempo hasta nuestros días, esta fue la base también para el jardín renacentista Italiano quinientos años mas tarde y también para el jardín barroco francés.  

Nota. Aparecen en estas imágenes dos zorros que pude fotografiar gracias al teleobjetivo de mi cámara, estaban paseando por las ruinas de los jardines tranquilamente a unos 200mtr. de donde yo me encontraba, a plena luz del día, 

¿ serán Abd al- Rahman III y Al-Hakan II reencarnados paseando por sus jardines?……….